EMYLIA HALL
El libro de los veranos
Beth Lowe recibe un paquete postal. En su interior, una carta la informa de que su madre, a la que hace mucho tiempo que no ve, ha fallecido. También hay un álbum con el título El libro de los veranos. Solo contiene fotografías: recuerdos reunidos por su madre que sirven para narrar los siete maravillosos veranos que Beth pasó en la campiña húngara durante su niñez. En ese tiempo tuvo que mantenerse en equilibrio, en la cuerda floja entre sus padres, recientemente separados, y entre dos países muy diferentes. Su arrebatadora aunque imperfecta madre húngara frente a su amable y reservado padre inglés; la deslumbrante finca de un artista y una casa vacía en pleno Devon. Esa época tuvo un final desgarrador cuando Beth cumplió los dieciséis. Desde entonces, no se ha permitido recordar sus años de infancia. Pero la llegada de El libro de los veranos precipita el pasado sobre el presente, tan vívido, doloroso y profundo como lo había sido siempre.
Un corazón sin forma
Para Hadley Dunn la vida ha transcurrido sin muchos sobresaltos… sin grandes amores, sin pérdidas terribles. Pero eso fue antes de que decidiera pasar un año estudiando en la espléndida ciudad suiza de Lausana, un lugar que parece lleno de promesas. Allí Hadley conoce a Kristina, una hermosa pero reservada chica danesa, con la que establece rápidamente un fuerte vínculo. Hasta que una noche de noviembre, con las primeras nevadas del invierno, llega la tragedia.
Hadley, todavía conmocionada y consumida por la culpa, comienza a apoyarse en la única persona de la que se siente cercana, su profesor de Literatura. Pero, mientras juntos intentan descubrir la verdad de lo que sucedió esa noche, su amistad comienza a entrar en territorio prohibido… hasta que todo se precipita.
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